Siempre, o al menos en muchísimas ocasiones, consideramos que una comparación (siempre odiosas) es un buen argumento para demostrar, que valemos más, que lo hicimos mejor, o simplemente que es como se debe hacer. Normalmente los hermanos pequeños, lastran el yugo de un hermano mayor que consiguió esto o aquello, los padres utilizamos argumentos como estos para poder tener alguno de cómo nos gustaría que encauzara su vida un hijo. Malditas comparaciones La dirección y decisión que toma uno al dedicarse a algo o a valorar como debe ser su camino, no debería estar adosada a la comparación de otro que realizo lo que realizara, las valoraciones, considero, deben ser siempre a posteriori y nunca en un proceso. Cada uno elegimos como vivir como conseguir los objetivos que buscamos en la vida y en que “tempo” realizarlos, unos simplemente lo planifican todo, otros son partidarios de elegir conformen lleguen los momentos de tomar decisiones. Ni...