Unas elecciones más, y ya van 3 en las que tengo que ejecutar, no sin cierta desgana mi obligación democrática de presidente de una mesa (tendré que jugar más a menudo a la lotería). Todo comienza a las 8 de la mañana, con cierta sensación de algo diferente, conoces a los vocales (siempre he tenido suerte con los que me tocaron) se presentan apoderados, interventores de los partidos, se organiza más o menos todo y comienza el día. Hay gente que se apresura a votar con las ganas de un demócrata novato. Vienen familias enteras a votar, como las que van a misa el domingo, seguramente irían a continuación. Otros entran despistados sin saber ni donde ni como. Cuando una joven te pregunta “¿cómo se hace esto?”, uno se pregunta si contarle lo que es la democracia, como funciona y los palos que nos da o simplemente hablarle de lo positivo y fundamental que es para la sociedad. Aunque finalmente optas por el camino más corto, enseñarle donde están los sobres y papeletas que tiene ...