En una esquina de una calle concurrida, una chica con sus ojos en blanco, pedía limosna moviendo suavemente el vaso que sujetaba en su mano. Un poco más allá, tres músicos al ritmo de New Orleáns, animaban al paso de los que salían del Starbucks café en mano. Un bullicio de gente recorría en todas direcciones el paseo, en la plaza donde desembocaba un tumulto de vendedores de decimos para navidad, intentan llamar tu atención, al grito de “llevo el gordo”.Hombres apoyados en la pared parecen vigilar a los que caminan con prisas, vendedores de esperanza espiritual, te hablan de dios, junto a ellos otros te compran realidad, “oro a buen precio”,.. Deshazte de tus joyas y sigue consumiendo. No se si seré yo, o estas navidades no parecen las mismas. El ánimo parece tocado y la gente resignada. No hay sonrisas en sus caras, solo miradas hacia el suelo, mientras camina escuchando en su ipod cualquier canción que les haga olvidar, esperando que nadie les pare para venderles al...