
Hace 10 años, que descubrí un lugar entre Arenales y Santa Pola, que se ha convertido en una tradición.
No hay verano que con amigos, familia o compañeros de trabajo no haya asistido a una comida en el chiringo.
Unas sardinas, unos calamares, gambusi, navajas ,con un arroz a banda o un caldero, de postre fruta fresca y un café granizado, todo junto al mar disfrutando de un momento sencillo ya la vez tan completo.
Un día de playa junto al chiringo es ya una tradición y las tradiciones están para seguirlas
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