Después
de pedir los permisos pertinentes a las personas que correspondía, me puse
manos a la obra con este relato.
Un
buen día de mayo me dispuse a comenzar una nueva, bueno no tan nueva, aventura,
bueno tampoco es que fuera una aventura de esas que buscan un tesoro y esas
cosas.... Ya vale! que me voy del tema...
Bueno,
eso, que comencé algo nuevo, entre otras cosas, cambiarme de ciudad y de casa
por supuesto. Un mes antes, aproximadamente, me pasee por la nueva ciudad
buscando un lugar donde "meterme". Encontré cuchitriles asequibles,
áticos increíbles inasumibles, y al final di con el piso "maldito".
Inicialmente mis expectativas eras básicas, comer, cenar, dormir y poco más, un
lugar donde reposar trabajar y tomar fuerzas, pero las expectativas son una
cosa y la vida otra.
Mi
primera mirada, al entrar al piso maldito fue rápida, la intención era
reconocer cuanto antes mi nuevo espacio y mis nuevos compañeros. La visión de Nené,
fue, llamémosla, divertida. Todo lo que un hetero referiría de un homosexual, es
la imagen de Nené. Atento, como pocas personas que he conocido, divertido derrochando
amabilidad. Excesivamente atento tanto que a las primeras de cambio me daba
consejos estéticos sobre mis cejas y mi cutis, ...tan mal estoy?
Laura
es caso diferente, introvertida, más sencilla, y con un tema de conversación
único, su trabajo de investigación de químicas. Introvertida? , puede que lo
sea , pero a partir de iniciar una conversación cortes en la que uno se
interesa por lo que hace , comienza una transformación arropada por la llegada
de la noche, en la que se vuelve más trastornada que Golum en una joyería
llena de anillos, comenzando una carrera frenética por contarme cuantas más
cosas mejor , como si en unas horas ella fuese a desaparecer abducida y tuviera
que dejar su legado a alguien.
En fin
que dejando al lado las licencias descriptivas, podíamos decir que eran
personas de lo más normales ..., como yo.
Comencé
a vivir en ese piso, donde suponía que pasaría parte del día trabajando con el
ordenador, y con la suficiente tranquilidad para poder hacerlo de una forma efectiva,
pero claro lo que sueles imaginar no siempre resulta. Nené tenía un horario
extraño podía trabajar en casa o fuera (inspirador de espacios, constructor de hábitats
personalizados, o como digo yo diseñador de interiores) pero para
trabajar necesitaba, como decirlo, música a todo trapo. Así qué los días
que necesitaba inspiración, teníamos concierto de Pablo Alborán, y yo viaje al
despacho de la universidad para poder desarrollar mi trabajo. Laura en cambio
pasaba todo el día fuera y por las noches sentaba junto a mí con el ordenador y
seguíamos tecleando como en un concierto a dúo. La única premisa era contestar
a sus preguntas con monosílabos y sin ánimo de iniciar conversación alguna, sino
el Golum que lleva dentro despertaría y el caos se haría presente, conversación
eterna hasta las tantas de la madrugada, con el consiguiente cansancio del día
siguiente y el agobio del trabajo pendiente.
Bueno
este era el plan diario, y entremedias las risas en la cena, alguna cerveza que
otra, y conversaciones que acababa acaparando Nené con el estilo de Laura de
vestir o con mi cutis y mis cejas, ( tendré que hacerme ver lo del cutis?)
En fin
solo quería relatar esta breve incursión de poco más de 60 días en un
piso compartido, de la que salí con la sonrisa de haber conocido a gente tan
normal como yo y tan interesante.
Lo
único que me dejo mosca fue, no haber visto nunca la habitación cerrada con
llave, en la que Nené guardaba..... Eso igual otro día.
Vaya, me has traído hasta aquí y ahora ya estoy esperando que continúes.
ResponderEliminarUn abrazo, David.
Uy, de compañeros de piso rarunos se podrían escribir siete enciclopedias. Y yo quiero saber lo que había detrás de la puerta.
ResponderEliminar