Hace mucho, mucho tiempo,
bueno solo un par de años, escribí este cuento por una curiosa, simpática, petición
poner vosotros el adjetivo. Lo tuve de "borrador " en el limbo de los
escritos, aquel sitio donde va lo que escribes y no te acaba de convencer.
Puede que siga sin convencerme pero me siento en parte obligado a publicarlo. Bueno,
obligado tampoco, solo de vez en cuando ocurre que tus recuerdos te obligan a
ello. No nos pongamos más espesos, ahí va....
Ricardo era conocido
por ser un caprichoso, a la vez que comilón. Como noble de cuna, estaba
acostumbrado a hacer y deshacer en su feudo, cual déspota, seguía los
pasos de los más concurrentes y conocidos buscando el tener más que sus vecinos,
por supuesto a costa de sus serviles.
La silla más cómoda,
el atuendo más lujoso, el corcel más veloz, el ternero más jugoso, la plebeya
más bella.
Tras una noche en la
que soñó con una gran tarta, le dio vueltas a, en su aniversario, realizar la
tarta más grande que nunca se hubiera visto.
Sabía de un pastelero
en los límites de su feudo, conocido por su gran destreza en realizar los
dulces y tartas más deliciosas y grandes del país. Inmediatamente mandó
traerlo, y una vez llego, le propuso que hiciera la mayor tarta que nunca
se hubiera visto.
El pastelero tras meditarlo,
contesto un "no" que resonó en todo el salón. Los que allí se
congregaban silenciaron incluso la respiración .Ricardo pasó de una sonrisa complaciente,
a una pose furiosa, su cara cambió de un tono rosado, a un rojo tómate en un instante,
provocando la angustia entre los que allí se encontraban.
-"Como osas
negarte pastelero, acaso no me conoces?, no sabes de lo que soy capaz?"
-“Si majestad, se
quien sois vos, pero también se que cualquier cosa, no esta a vuestra altura y
por eso no podría haceros la tarta que me pedís”
-“Va bobadas, sois el
mejor según todos, según se cuenta y se canta así que manos a la obra quiero mi
tarta cuanto antes, la más grande, la más deliciosa la más....”
El pastelero bajo la cabeza,
se giró y camino lentamente bajo el pórtico del salón.
-"No podré
hacerlo, no podré el siempre tiene lo mejor siempre quiere lo mejor y los demás
le tienen tal pavor que llevarle la contraria solo sería el fin......"
Sus ojos se abrieron
al instante, de su pensamiento surgió un destello, "eso es! el
miedo"
El pastelero corrió
hacia su casa, y comenzó a preparar una tarta de chocolate inmensa, grandiosa,
descomunal. Tras un par de días de trabajo, apareció el pastelero en las
puertas del castillo. Sentado en un carro con una gran lona, atravesó las
puertas del salón.
Con mucho cuidado,
destapo la tarta, casi deslumbraba un “ohhh” contenido se escucho entre los
cortesanos.
"Espléndida tarta,
magnífica presencia esto es lo que yo quería. Cortarla y servirla disfrutemos
de mi magnífica tarta."
Los platos comenzaron
a surgir llevados por los sirvientes, era un baile sin sentido pero coordinado,
esquivándose constantemente los sirvientes comenzaron a servir raciones bajo la
atenta mirada del pastelero.
Comenzaron los
cortesanos a comer y a cada bocado se observaban cara que no auguraban nada
bueno. Ricardo preguntó
-" acaso mi tarta no es deliciosa
La respuesta general
comenzó desde unos leves murmullos, a unas aseveraciones mayúsculas
-"Claro, claro, deliciosa,
magnífica ", contestaban algunos cortesanos
-“la mejor, como no
podía ser de otra forma" contestaban otros.
Cuando la tarta llego
a sus manos se dispuso a disfrutarla, "un bocado enorme le daré",
pensó
Tras morder la tarta,
y empezar a masticarla, sus ojos se abrieron cual búho en su puesto de caza.
-"Por dios, que
bazofia es esta", pensó sin atreverse a abrir la boca.
Observo a su alrededor,
más de 300 personas le miraban, mientras trataba de digerir tan infecto trozo
de tarta. Pensó en arrojarlo pero, tras meditarlo se dio cuenta que seria el único,
que los demás, no habían notado que no estaba buena, mas bien nauseabunda, ¿que
les pasaba?, acaso su trozo era el que estaba en ese estado.
Tras tragarlo no sin esfuerzo,
pidió otro para comprobar su teoría.
Los cortesanos
miraban estupefactos como podía comer otro trozo si era incomible, pero si no comían
podía molestar a Ricardo.
Así que continuó Ricardo
comiendo tarta, continuaron los cortesanos comiendo tarta. Finalmente la tarta
se acabo, el pastelero miro a su alrededor esbozo una leve sonrisa, y se dirigió
a Ricardo “¿espero que la tarta fuera lo que esperabais?”
"Por supuesto
pastelero" contesto Ricardo "la mejor que probé, deliciosa, ¿verdad que si? ” Pregunto
mirando a los cortesanos, todos se miraron y rápidamente asintieron, se
retiraron felicitando al pastelero.
El pastelero miro a
la sala, se giro hacia Ricardo, y le dijo:
“El año que viene si
lo deseáis os haré otra igual de “deliciosa” ”
Ricardo le miro con
cara complaciente y le contesto
"creo que seria imposible mejorar esta tarta,
así que te dejo libre del compromiso de hacerla”
Se que el cuento no
es nada del otro mundo, se que puede ser igual que muchos que ya existen, pero a
veces pienso que no hay suficientes ejemplos de la soberbia, prepotencia, y
otras no virtudes del ser humano, así que aquí os dejo esta historia ,que escribí
para alguien hace mucho, mucho, mucho tiempo, bueno solo hace un par de años.
me ha encantado, David. Debieran publicarlo en las escuelas. Feliz noche.
ResponderEliminarGracias como siempre , un placer que me leas , lo de las escuelas lo mirare igual tengo futuro ahí , :)
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