La verdad sea dicha, tenia la sensación de
que era un día en el que algo no iba a ir bien. Pero me equivocaba, era “todo”
lo que no iba a ir bien. En ese camino,
en el que realizar trabajos creativos, requiere de toda tu atención y
concentración, ocurre que tu parte de inspector Clouseau surge de tu interior,
gritas por formar parte de “los hombres de Paco”, -“soy tu hombre”-.
Todo comienza, trabajando en un proyecto
en el que tardas un par de días entre notas y lecturas, en comenzar a darle
aspecto de algo bueno , vas guardando ideas, vas escribiendo partes del
proyecto , te vienes arriba y de manera inconsciente crees que el mundo esta en
tus manos. Ahí llegas al éxtasis creativo, al modo semidiós de “God of War”, la
claridad de Santa Teresa, cuando de repente aparece un mensaje de “restaurar”,
pulsas “Yes” mientras te ves en una nube de sensaciones, y escuchas a un mortal
que te grita desde el inframundo
- “beeeeeeeee
careful” –
Mientras piensas, -“que me vas a contar,
insignificante cosita”-.
El sistema
se pone en modo negro, desde los avernos surge una figura que te congela el aliento,
mientras tu cerebro de semidiós se da cuenta de lo que has hecho. Bajas 256
niveles de golpe, quedándote en modo babosa pre-jurasico. Mirando la pantalla
como si esta fuera a concederte un último deseo – “iluso” -.
Oscuridad absoluta, miras a tu alrededor,
nadie te vio, pero sabes que has cometido un gran error que perdiste dos días de tu vida, que el destino
te llevo cerca de “Vallhala” para contemplar aquello que pudo ser y luego te
quito vilmente el anhelado sueño.
Tras un buen rato de pensamientos
adornados con todo tipo de figuras retóricas, te dices a ti mismo -“burro”- dejándote
llevar por ese contundente hombre de Paco, que llevas en tu interior mientras
que tu “Clouseau” interno intenta toquetear más el aparato infernal, que se
llevo tu sueño, haciendo que aquello todavía genere más destrucción.
Después de un lapso de locura huérfana del
sentido común, te sientas, meditando sobre lo ocurrido, razonando lo
irrazonable y colocando de nuevo al buen juicio en la casilla de salida.
Construir de nuevo la “pirámide de Keops”…………no es fácil, pero es el trabajo.
Comentarios
Publicar un comentario