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Mostrando entradas de 2014

Un café de 20 euros, la sonrisa y la mujer en la ventana

Daniel como cada día antes de ir a trabajar, se acercaba a la cafetería donde ya era un habitual .Paco, tras el mostrador, lo llevaba viendo unos 20 años y viviendo  la misma imagen siempre. Daniel entraba con un “buenos días”, ligeramente cabizbajo, se sentaba cerca de la esquina de la barra junto a la ventana. Paco le acercaba el café con leche, largo de café, sin el sobre de azúcar. Daniel con un "gracias" cogía la taza todavía humeante y comenzaba a tomar el café a pequeños sorbos. Al cabo de unos segundos de empezar a saborear el café, miraba a través de la ventana .Enfrente se encontraba una mercería vieja seguramente tendría mas de 50 años .Paco siempre miraba de reojo,por ver si conseguía ver lo que miraba Daniel, pero en 20 años no hubo forma. Solo tenía claro que en cierto momento, cuando el sol comenzaba a dar en la cristalera de la mercería cerrada , Daniel comenzaba a mostrar una sonrisa, su mirada se iluminaba y parecía que era otra persona. Durante uno

Una persona extraordinaria, la actitud y un nuevo paseo

Nunca es plato de buen gusto la despedida de un ser querido, nunca es un consuelo todo lo bueno que se diga de alguien, pero en algunas ocasiones las palabras  descubren que esa persona disfruto su vida como nadie, la vivió como todos querríamos hacerla, y dejo una riqueza que nunca se gastara, el agradecimiento de todos a los que ayudo, de todos a los que sonrió, de todos a los que aconsejo. Poco o nada conocía a esa persona, pero a través de todos los que hablaron de ella, recordándola, en su día a día, en sus anécdotas, en sus actos, perfectamente podría decir que si la conocí. Dejo seguramente muchas sonrisas, amigos y algún enemigo, es inherente al ser humano. Pero lo que dejo tras su muerte, es lo único que dejamos como un gran tesoro, un gran recuerdo en los que la conocieron, un recuerdo que durará en sus vidas. Seguir viva en todos ellos, a través de lo que hacen dia a día. Sólo nos queda eso al morir, por suerte o desgracia, nuestro recuerdo en los demás. Tras el

Neil el alter ego escocés

Neil llego a España hace tantos años que me cuesta a veces ponerle fecha… En el inicio,un saludo, un rato de charla intrascendente, rutina social o como lo queráis llamar, ahí sospeche que el motivo de la llamada era más profundo.  Rompí la conversación con la esperada, "te encuentro raro Neil que te pasa?" y como si las cataratas del Niágara hubieran sido contenidas y nuevo abiertas, una cascada de palabras comenzaron a salir de su boca. Tras unos 10 minutos de explicación sobre... una mujer y su relación con ella, llegó la cuestión contandome la conversación que tuvo con ella: " Entonces que somos? porque seguimos hablando aunque no nos veamos.  Podemos resumirlo en que yo te quiero, tú a mí no, pero alguna vez aunque fuera durante un instante me quisiste y como no te molesto más que, con algún mensaje superfluo, con algún comentario gracioso, con alguna palabra cariñosa, mantienes ese hilo sin más. Para mí un sufrimiento, para ti.....dudo que teng

La proveedora de mi despertador de cafeína

Un paseo corto recorriendo los escaparates que muestran con luces los productos a consumir. Un recorrido con gente que se ignoran unos a otros, solo percibiéndose para no colisionar. Apenas levantan la mirada y una fuerza similar a la electromagnética los separa del aura de un espacio vital, que parecen cuidar para que no sea invadido. Soledad entre la gente, doblo la esquina y entro a por mi despertador de cafeína, una sonrisa parece que me intenta sacar de la soledad, "¿lo de siempre?"- pregunta "si" - , contesto devolviendo la pelota al campo contrario, con pocas esperanzas de que sea devuelta. De nuevo una sonrisa, una mirada y....  "te lo pongo como siempre ¿no? sin azúcar"- , de nuevo una sonrisa para llamar mi atención. Al final consigue que converse, una conversación sin consistencia, sin aparente contenido. Pero consigue sacarme de la inopia de la soledad en el tumulto en la que estaba. De nuevo una sonrisa con mayor fervor en

Oda de Caronte, otoño llega pronto que haces falta

Pasan los días como hojas de un árbol de otoño, pasan sin hacer ruido, deslizándose entre el susurro de viento, y el revuelo de algunos mirlos que se aprovisionan de pequeñas ramitas para sus nidos. Como observador frente al otoño, surgen miles de imágenes que son el reflejo del cambio, tal vez te hagan pensar en tu pasado, tal vez recordar con una sonrisa un buen momento, para algunos el síntoma de la predepresión, para otros, significa desvestirse frente a lo que paso y ponerse el chubasquero para afrontar lo que vendrá. Tantas frases e imágenes te llenan la cabeza de locuras, en forma de sueños imposibles. Te hacen abrir el libro de los recuerdos, perdidos o borrados, y llevarlos de nuevo a formar parte de tu depresión matutina. La verdad es que el otoño tiene su lado de retrato impresionista. Tiene la virtud de suavizar la transición al invierno, tiene su momento de paz mientras andas entre las hojas secas. Y para que os cuento esto, simplemente para soltar

Las cartas de Melisa

Las mañanas se hacían cortas, y las noches eternas, solía sentarse frente a la litografía  de “la mujer mirando por la ventana”. Simplemente le recordaba que el mundo estaba, allí, fuera, esperando a que lo mirase, esperando a que lo oliera, a que lo descubriera. Por lo que se , Melisa, se dedicaba a escribir cartas a las personas que conocía , cartas que no enviaba, cartas que guardaba ,como los sueños que tenia y que guardaba para si. Las decisiones en su vida eran una carta mas, que se escribía a si misma, en la que se contaba y aconsejaba que hacer, que camino tomar. Melisa hace mucho tiempo que se dio cuenta que, en el instante que tiras una moneda al aire, para tomar una decisión, sabes que cara quieres que salga y aplicando ese dogma, creaba su camino. Las cartas de Melisa guardaban sus secretos, lo que pensaba de la gente, lo que le gustaría escuchar, lo que le gustaría decir, eran todo su mundo y como tal , desapareció junto con ella. Tal vez fuera la ulti

El Alíen que llevo dentro

Resulta que con los años te percatas de más cosas de como reaccionas ante situaciones, de como llegas a controlar, como un maestro tibetano el Chi, las reacciones que provoca lo que te acontece mientras vives.  En la mayoría de ocasiones, no necesitas más que un instante para controlar el poder oculto que parece surgir de ti y que no te imaginabas tener. Ese "NO" en una reunión de trabajo a tu jefe, ese "HASTA AQUI" a tu pareja en contra de una concesión permanente. La edad, al parecer, te da ese poder (en plan superhéroe), aunque no a todos. Igual solo es hartazgo, igual solo rebeldía post -juventud, hasta llego a pensar que solo reaccionas porque el hemisferio cerebral no esta en lo que esta y manda un a tomar por saco que acaba saliendo en forma de pasotismo controlado. En fin, que da rabia en muchas ocasiones, no sacar a pasear ese carácter que haría que "Jack Torrance" se acojonara en su hotel de las montañas. El autocontrol que parece  

1 DE AGOSTO SIN MAS

1 de agosto, y a las tempranas horas del amanecer escucho una canción, una y otra vez, mientras la luz comienza a cubrirlo todo con su manto brillante, una sonrisa comienza a dibujarse en mis labios, cierro los ojos y la canción hace que broten mis recuerdos. 1 de agosto, un día mas en el calendario, un día especial para el que cumple años, para el que tiene un hijo, cada uno tenemos un motivo para un día especial. El mío simplemente, no lo se, podría decir que abrí los ojos, podría decir que sonreí, podría verme bailando, o quizás viendo el “gran azul”. Lo único que puedo decir ,que como en la “campana de Gauss”, había un punto de inflexión, un antes y un después. Un punto y seguido en mi vida, tan simple y tan complicado recordarlo. Solía decirme Maria, que lo de la media naranja, la tenia descolocada, que muchas veces, había sentido que su media naranja, era media manzana o medio kiwi, vamos que no lo tenía muy claro. Así que consultaba con su amiga. Clara, que era como e

Un día me enamore, al siguiente la muerte me alcanzo,y hoy sigo decidiendo si ir hacia arriba o hacia abajo.

Contar algo tan profundo de alguien requiere un permiso especial, un permiso con fecha de autorización , y esa fecha ha llegado , podía haber sido una fecha especial , podía haber sido un día con algo.... al final ha sido hoy Fernando murió y 30 días después debía contar su "verdad", esto me pasa por escribir y que los amigos te lean, y soltarlo así supongo que porque poco mas podía contenerme, en realidad tardo mas de los 30 días  a los que me comprometí, pero no sabia muy bien que hacer . A ver resumiré un poco el tema para no hacer una novela rosa, repetitiva y tediosa, como muchas historias.  Fernando, como profesor de primaria, era un hombre que disfrutaba con lo que hacia, que sonreía cuando acababa el día, que tenía ganas, un lunes, de ver a sus pequeños proyectos de grandes personas, en fin, alguien envidiable en la manera que se entregaba a su trabajo. Era "relativamente " feliz, y un día una sonrisa y una mirada quebraron su "relativ

Conversando con Casimiro

Últimamente no salgo de estos temas, pero la realidad, mi realidad, manda y cuando solo ocurre que la gente que conoces desaparece, todavía más. Cristina siempre se las daba de valiente, siempre era la que hacia frente a los problemas, a las situaciones comprometidas, a los municipales, a todos cuando algo no le cuadraba. Me imagino que después de una charla con ella, unas cuantas horas de cafés, y de sinceridad. Me perdonara este relato J . Estaba de punta en blanco como decía mi abuela, aunque era un traje ligeramente rosa, para los puristas un tono lavanda. Como decía, estaba en la parada de autobús, junto a ella un señor de unos 80 años con cara amable, podría decirse que con el aspecto del abuelo de Heidi. Ella le miraba de vez en cuando mientras esperaba en la parada, el mantenía la mirada en el horizonte mientras sonreía. Cristina era de las que no podían estar sin hablar mucho tiempo, así que se dirigió al anciano. - “ Buenas, como esta” El anciano se giro

Malditas promesas, bailare sobre tu tumba

En las ocasiones en que los amigos te llevan de copas, fiesta “u lo que sea”, se recomienda no hacer promesas, ya que puede resultar perjudicial para la salud a la larga, o no tan larga. Lo de prometer ir al gym después de navidades o antes del verano, es muy socorrido, ay cuanto daño hace el alcohol. Lo de prometer portarse mejor con los vecinos, si esta bien, hasta que te pillan el ascensor 3 veces seguidas y se te hace tarde para ir al trabajo, entonces te c… en sus muertos. Tampoco esta nada mal, el prometer comportarse mejor en ciertos actos sociales en los que a lo mejor a uno no le apetece estar. Eliseo es de estos últimos, siempre ha tenido un problema con lo que denomina el, la “burocracia social”, o el “paseo de los absurdos”, ambos términos acuñados tras varias bodas y otros actos sociales.  Eliseo siempre ha pasado por el aro social, como todos en muchas ocasiones. Un buen día, se le ocurrió que si asistía a dichos eventos, lo haría como ese día le viniera en g

Aurelio el pescador

Me dirigía con la moto hacia Denia, no muy lento , lo suficiente para ver el paisaje de calas , lo suficiente para ver iluminada la costa con las cientos , miles,  de viviendas cerca de la costa, lo suficiente para no ser pitado e increpado por el tráfico que me seguía. Me dirigía  a Denia a ver a Miguel, hacia unos años que no le veía y pensaba en darle una sorpresa con mi visita. Miguel trabajaba en un barco de pesca de su abuelo, su abuelo Aurelio todavía seguía en el puerto arreglando cosas del barco aunque luego no salía a faenar, el había estado 50 años en el mar y ya no era su tiempo. Pues llegue a Denia, y la sorpresa me la dieron a mí, me encontré a Aurelio, pero no a Miguel. Miguel se fue hará 3 meses a Gran bretaña (dentro de nada con todos los que se van vamos a reclamar el país en vez de Gibraltar), trabajaba en un barco de pesca inglés en el mar del norte. Vaya!!!   Aurelio me puso al día del último año de Miguel, me puso al día de su marcha, llevaba unos a

El hombre que vendía regaliz

Durante un rato, mientras esperaba a Carlos, deambulaba mirando escaparates en la calle donde habíamos quedado. Muchas tiendas y poco interés,  solo amenizando el tiempo de la espera. Reconocí en la esquina ,a un hombre , con 30 años más .Como en el flashback de una película, mi imagen de adolescente en la misma esquina surgió , vi a ese hombre cortando unos trozos de regaliz y preparándolos con una goma para venderlos, a 10 ptas el manojo.  La calle era diferente, los comercios más modernos, un cine que ya no existía, una gran ferretería que desapareció en la bruma de los años. Lo único que permanecía era el hombre que vendía regaliz. Era de las pocas ocasiones en las que alguien permanecía mientras el entorno cambiaba. ¿Esa era la sensación de la inmortalidad?, ver como a tu alrededor todo cambia, mientras tu, ajeno al resto permaneces invariable, surfeando por las olas del tiempo. Bonita imagen, al fin y al cabo tenía que amenizar la espera, y fantasear un poco,

De tigres y vacas

A pesar de lo que diga la gente, en ciertos países es mejor ser vaca que tigre, y sino daros un paseo por la India. Los tigres sufren una persecución sin par, porque después de toda la presión sobre su espacio que sufren, se les ocurre acercarse a los poblados a comer, o simplemente a ver que hacen los que invaden su hábitat, en cambio las vacas allí son como semidiosas malnutridas, que para mi , de lo bien que las tratan, hasta han copiado el afán y modelos de belleza de los humanos actuales y quieren mantener la línea, bueno simplemente no se las toca, ni se las molesta y campan a sus anchas. Que valor!! Como diría mi bisabuela, y que no las cojan y den de comer a los mas desfavorecidos. Pues no, no lo hacen. Y os preguntareis a que viene esta historieta mental que os planteo hoy,  pues algo parecido resulta que pasa por aquí, si a uno se le ocurre ser tigre y protestar por algo, en seguida vienen las “castas políticas” o mediáticas y se encargan de hacer una persecución feroz

Almuerzo virtual con Arud, el día que dimitió el rey

Esta mañana recibí un mensaje, como otras veces, de Arud, para poder tener un almuerzo de trabajo sobre exposiciones y ponencias. A Arud, lo conocí, hará no más de un año y medio, en una de mis incursiones a las Islas Británicas. Vive en Abingdon, un pueblo pequeño y tranquilo cerca de la maraña de poblaciones cercanas a Oxford, donde trabaja. El caso es que en su mensaje me ponía “The king is dead, God save the King”, la verdad es que conociendo su típico humor ingles aunque sea de padres srilankeses, me esperaba cualquier gracia de el. Así que como otras veces, conecte mi pc, mi cámara web y comenzamos nuestro almuerzo virtual. Tras los saludos de rigor, comenzó a contarme los entresijos de la ponencia que estaba realizando, para que le diera mi punto de vista, punto de vista que aprecia, casi únicamente por mi condición de habitante de la cuenca mediterránea. El, comenta que tenemos otra forma de plantear la vida y el trabajo, y aunque intento discutirle y quitarle la razón c