Ir al contenido principal

Programar mi cerebro o el de otros




En los ratos, en los que mi cabeza esta distraída, mientras desentraño un programa, o soluciono un conflicto con el ordenador, suelo barruntar diferentes ideas sobre mi trabajo, mi vida o simplemente la lista de la compra .Esta maldita multifunción a la que nos acostumbramos, no me deja centrar nunca mi atención sobre una sola cosa. Que le voy a hacer

En fin, que dándole vueltas, a si limpiar el software de mi ordenador , o directamente optar por un borrado agresivo y cruel , en plan ogro frustrado , a este aparato infernal que nos resuelve mucho y a veces nos da mucho por …. No paraba de pensar también en como seria realizar ese borrado en mi cabeza en plan limpiar el disco duro y a realizar todo el aprendizaje de nuevo.
Seguramente, y solo por dejarme mal, la vida me volvería a enseñar casi lo mismo, con lo que casi mejor quedarme como estoy, no vaya a ser que me vaya peor.

También llegue a discernir durante un rato, si esos nuevos ordenadores que son mis hijos y que están en fase de mejorar la programación, serian susceptibles de cambio y de reprogramación, que así en frio suena mal, pero que en el fondo es su día a día , el procesar, programar y mejorar.

Y sobre esto, pasado un rato, me percate de que dejando al margen su programación básica, llega un momento en que intentamos, eso, programar excesivamente sus respuestas. Que mecánicamente reaccionen con celeridad a las situaciones, que todo les sea solucionado. Y al final de todo, lo que nos enseña a ser personas, no es un tipo u otro de programación, sino un tipo u otro de experiencias, que como buenos científicos en pequeño, se dedican a llevar al límite y nosotros a poner ese límite. Así que aprovechando la máxima, de que un grano de buena experiencia a los 9 años, vale más que un curso de moral a los 20 empece a darle sentido al tema.

Llegado al punto de la comparativa funcional, entre ordenadores y cerebros humanos , me puse en el bando de “ no darle mas vueltas” , seguir valorando la experiencia como lo nuestro, lo humano y lo de programar cerebros para las películas, que es donde los finales suelen ser felices o al menos lo intentan.

Esto lo leí hace no mucho tiempo y creo que no va desencaminado.

Roser Pérez (psiquiatra) «Yo creo que en la cultura actual, desde hace tiempo, todos los adultos queremos ser buenos, todos los adultos, papas y mamas, queremos que los niños sean felices y nos cuesta muchísimo asumir el papel de malo o el papel de frustrador, o el papel de limitador que el niño necesita para crecer, para aprender y para ser».


Comentarios

  1. Dices Bien, un malo en tu vida, como en las películas, es siempre necesario, David.
    MB, como siempre.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Anabela o Carlos, tal vez fuera Anais y el cuento de las emociones.

  Foto de  Cleyder Duque  en  Pexels Tengo que confesar que no soy bueno recordando nombres, normalmente intento hacer un gran esfuerzo, por grabar ese nombre de la persona que me presentan o conozco en mi mente, pero como si no fuera con ella, mi mente prefiere centrarse en otras cosas de las personas que pasan por mi vida. Si que recuerdo cada persona que conozco (si exceptuamos su nombre) los nombres son importantes, pero más lo son y más nos diferencian las huellas emocionales que dejamos, esas si son únicas. Pues resulta que para esto mi mente si que quiere guardar que emociones compartí con cada persona, y como dejo una huella en cada parte de lo que soy. Hoy tras unas horas de trabajo, en un “break” de esos que la mente te pide, me descubrí hablando desde mis emociones de adolescente, de como era esa vida para mi. Seguramente Carlos y Anabela no se esperaban una conversación de ese tipo, pero Carlos, despojándose de su rudeza, tomo una postura relajada, se sentó y apoyo sus br

Cuentos de la rana y otros….

Últimamente con la crisis, las empresas emprenden autenticas cruzadas en la formación de los trabajadores. ¿El poco trabajo hace que todavía se rinda menos? Son las ayudas del estado en formación, I+D+I un caramelo que las empresas aprovechan en época de crisis. Lo que si es cierto es que el trabajador en cualquier situación, al igual que hacen con el, debe aprovechar cualquier oportunidad para aprender, evolucionar. Oímos constantemente comentarios sobre libros de autoayuda, superación, motivación,“quien se ha comido mi queso”, “fish”. Nos llenan la cabeza de fabulas (el cuento de la ranas en un cubo de nata) cuentos e historias para hacernos pensar sobre situaciones y maneras de afrontarlas. En pleno curso de formación nos invade un subidón de adrenalina al pensamiento de “voy a venderlo todo”. ¿Realmente es necesario todo esto? No podemos ser un poco menos (con todos los respetos) “americanos” en las formas de afrontar la formación de un trabajador. No es mas útil valorar l

La decisión de Mojca, “Maria” para los amigos.

Podríamos decir que conocer a Mojca fue una gran suerte. Mojca o María para los amigos, es de esas personas que te ayudan en la vida a darte cuenta, de que las cosas importantes, muchas veces vienen disfrazadas de lo más común y rutinario del mundo. Comer, dormir, disfrutar, con los amigos, jugar con tus hijos. Si, Mojca conseguía que pensaras en todo eso de una forma diferente, como si descubrieras  que cada vez que lo haces, es nuevo. Mojca se podría decir, que a sus 30 años, era el prototipo perfecto de mezcla de pueblos, tal vez por eso era así, tenia lo mejor de todos. Nació en Berna, de padre checo y madre holandesa y con abuelos italianos y alemanes, su árbol genealógico debía parecer una torre de babel. Pero vayamos a lo importante, hace ya algún tiempo Mojca visito mi ciudad y como no podía ser menos, me llamo para vernos, quedamos en ir a cenar. Apareció discreta, pero vestida con esa sonrisa que evitaba fijarse en sus tacones. Ufff siempre igual, me dejaba bajito y