Ir al contenido principal

Cartas desde Montpellier (I)




Cuando uno viaja lo puede hacer, por placer, por trabajo, o por huir de una situación. Casi siempre estar fuera de tu país, te proporciona una perspectiva sin igual para ver las cosas que ocurren en casa y por que no en tu vida.
 Como en otras ocasiones, lo que más destaco de estar en otra ciudad y con otro idioma, es claramente la sensación de ser invisible, el creer que pasas desapercibido o simplemente no importarte que te miren.

En esto, que paseando por Montpellier, mientras iba al campo de rugby me fije en dos vagabundos, mendigos o como queráis definirlos .Iban caminando cerca de mi y cuando pude percibir su conversación, me di cuenta que eran latinoamericanos. Iban comentando las ayudas que podía pedir y donde hacerlo, dando con pelos y señales lo que uno tenía que hacer para conseguirlas. Supongo que hablaban con la convicción de su ocultamiento tras el idioma. Caí en la cuenta que les observaba demasiado, supongo que por oír un idioma que entendía, y disimule, un de ellos me miro y susurró al compañero algo que pude oír, "disimula, disimula que creo que es un "Gura" .Mas tarde supe que gura es policía en tono despectivo. Vaya, un poli de incógnito en Francia, eso parecía yo?, pues no me parezco mucho al inspector Clouseau.

 Seguí disimulando, porque en ese momento no sabía muy bien lo que me habían llamado, y continué con paso firme pero tranquilo caminando, al fin y al cabo ,igual que en España pensé. Al rato llegue a una plaza, donde un grupo de gente con pancartas protestaba frente a un sitio oficial, vaya esto de no saber francés es un  problema, ni siquiera se porque protestan o contra quien. Pero para el caso, como en España.

 Ya me encontraba cerca de las instalaciones deportivas, por fin !.. y pase junto a un coche,…transformado en cama?, si…., en los asientos de atrás y parte del maletero había algo similar a un colchón y alguien descansando sobre el. Un desahuciado?, vaya como en España. Un poco mareado de tanta comparación llegue al vestuario, me cambie y comencé mi trabajo.  Yo ya estaba casi dispuesto a hacerlo, cuando una especie de conserje me comenzó a increpar o eso parecía por el tono de voz. Vaya mierda.., yo sin saber este idioma, menos mal que llego mi compañero y todo se aclaro, la verdad es que no se el que, por que no entendí nada,.. vaya como en España.

Al fin y al cabo pensando en este día en Montpellier me doy cuenta que en Francia la gente protesta por el paro, en Italia por los impuestos, en Portugal por los recortes sociales, en Chipre por el corralito financiero. En España tenemos de todo esto, corralito...también, aquí lo llamamos "preferentes”.

Estas en otro país, donde no entiendes el idioma, donde crees que todo es diferente y acabas diciendo como en España, si es que se nota que somos europeos, los europeos somos iguales de tontos en todas partes.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ismael y Daniel la visión compartida

Es difícil encontrar a gente que comparta una visión parecida, con la que ser capaz de conectar y seguir un guión mental, difícil de explicar sino se vive. En muchas culturas se encuentran parábolas, historias, relatos, como queramos llamarlo, que visualizan esa visión, ese pensamiento conectado, esa visión vital y necesaria.  Ver como interaccionan dos niñ@s pequeñ@s , suele ser divertido, a veces conmovedor, pero si nos paramos, y le damos mayor profundidad a esa visión, también es vitalmente revelador. Ismael y Daniel se sentaron juntos…., perdón es más exacto decir, fueron sentados juntos en el suelo del aula de una guardería. Era la primera vez que se veían, era la primera vez de cualquier experiencia compartida y ante esa situación, y ante la ausencia de cualquier perjuicio adquirido (benditos 2 años), surgió un vínculo del que no pude, sino contemplar y ahora relatar. Ismael y Daniel cogieron juguetes que tenían a su alrededor, fueron disponiendo un coche, unos soldad...

Anabela o Carlos, tal vez fuera Anais y el cuento de las emociones.

  Foto de  Cleyder Duque  en  Pexels Tengo que confesar que no soy bueno recordando nombres, normalmente intento hacer un gran esfuerzo, por grabar ese nombre de la persona que me presentan o conozco en mi mente, pero como si no fuera con ella, mi mente prefiere centrarse en otras cosas de las personas que pasan por mi vida. Si que recuerdo cada persona que conozco (si exceptuamos su nombre) los nombres son importantes, pero más lo son y más nos diferencian las huellas emocionales que dejamos, esas si son únicas. Pues resulta que para esto mi mente si que quiere guardar que emociones compartí con cada persona, y como dejo una huella en cada parte de lo que soy. Hoy tras unas horas de trabajo, en un “break” de esos que la mente te pide, me descubrí hablando desde mis emociones de adolescente, de como era esa vida para mi. Seguramente Carlos y Anabela no se esperaban una conversación de ese tipo, pero Carlos, despojándose de su rudeza, tomo una postura relajada, se s...

La decisión de Nadine

Entre muchas otras Nadine resaltaba por su fuerza realizadora. Como si fuera un ciclón arrollaba los proyectos, poniendo toda su fuerza creadora, en las relaciones y en su vida ese ciclón también se ponía en marcha. Hace no mucho que conocí a Nadine y como en otras ocasiones, las casualidades y recovecos del destino, consiguen ayudarte a descubrir a personas increíbles. No era por trabajo, (aunque en una pequeña parte si he de reconocerlo), pero cuando Nadine entro en mi círculo de confianza lo hizo de una manera temerosa, abriéndose poco a poco, teníamos conversaciones cortas, concisas con mensajes breves solicitando respuestas, algo que evidentemente no tenía. Poco a poco, pasado un tiempo, Nadine fue abriendo su vida a través de las conversaciones que manteníamos, cada vez era más fácil hablar y llegar a aquellos temas que realmente le preocupaban, peor esos temas a su vez creció en complejidad.  Nadine se daba cuenta que tenía muchas decisiones que tomar, en cad...