Ante un café y un gin-tonic, me encontré con Ramiro,
con su cara lánguida de buena persona, con sus maneras delicadas que transmiten
tranquilidad.
“Mucho tiempo sin verte Ramiro”………., tras unas
palabras incoherentes intentando formar un saludo, Ramiro comenzó sin mas su “poesía”,
bueno… su monologo, pero es que me pareció tan bonito….
“Hace tiempo que falta una sonrisa en mi vida, no
una sonrisa sin mas.
Hace tiempo que una sonrisa cómplice conseguía que
todo fuera fácil.
Hace tiempo perdí una sonrisa en mi vida que no volveré
a recuperar.
Necesitaba esa sonrisa como los brotes de un árbol,
necesitan del sol.
Aprendí a vivir sin esa sonrisa. Tal vez no la debí
encontrar.
Hace tiempo que aprendí que no debía echarla de
menos,
ni debía
buscar otra que la sustituyera.
Hace tiempo comprendí que las sonrisas mueren
igual que los sueños.
Hace tiempo entendí que las sonrisas nacen como
las flores en primavera.
Todos los días echo de menos esa sonrisa, miro
adelante y vivo las que me quedan.”
Supongo que Ramiro necesitaba de un oído, para
soltar sus pensamientos amarrados desde hace algunos años. Durante los minutos que
duro el relato, poema, o lo que quisiera Ramiro que fuera, me dio la sensación de
estar ante Antonio Machado en una de las reuniones de café de la Generación del
98. Pero rápidamente paso esa sensación, justo cuando contemple la sonrisa afable de Ramiro y la lagrima que recorría
su mejilla.
Entrañable ... emocionante.
ResponderEliminarUn abrazo, David
Te lo he subido a menéame: https://www.meneame.net/m/ocio/ese-gesto-necesitamos
ResponderEliminarMuchas gracias como siempre Un abrazo enorme
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