Ir al contenido principal

Aurelio el pescador


Me dirigía con la moto hacia Denia, no muy lento , lo suficiente para ver el paisaje de calas , lo suficiente para ver iluminada la costa con las cientos , miles,  de viviendas cerca de la costa, lo suficiente para no ser pitado e increpado por el tráfico que me seguía.

Me dirigía  a Denia a ver a Miguel, hacia unos años que no le veía y pensaba en darle una sorpresa con mi visita. Miguel trabajaba en un barco de pesca de su abuelo, su abuelo Aurelio todavía seguía en el puerto arreglando cosas del barco aunque luego no salía a faenar, el había estado 50 años en el mar y ya no era su tiempo.

Pues llegue a Denia, y la sorpresa me la dieron a mí, me encontré a Aurelio, pero no a Miguel. Miguel se fue hará 3 meses a Gran bretaña (dentro de nada con todos los que se van vamos a reclamar el país en vez de Gibraltar), trabajaba en un barco de pesca inglés en el mar del norte.Vaya!!! 

Aurelio me puso al día del último año de Miguel, me puso al día de su marcha, llevaba unos años de cabeza, como siempre, por temas sentimentales. No dormía, no vivía, no conseguía olvidar, y el lastre físico y emocional era una valla infranqueable. Su abuelo lo relataba como un tema de la edad aquella en la que vas alejándote de la juventud, en la que te resistes a pensar que vas caminando a otro nivel de la vida, ni mejor ni peor, simplemente diferente y como diferente que es, nos aterra entrar en el.

Me quede a dormir ante la insistencia de Aurelio y al día siguiente, sobre las 5 de la mañana nos fuimos al puerto. Un café, medio bocata de jamón, y a arreglar aparejos, sobre una montaña de redes sentado, vi amanecer, mientras varios barcos pequeños se alejaban en el horizonte. Aurelio continuaba contándome los avatares de Miguel antes de su partida.


- "Hará unos 5 meses, Miguel llego cabizbajo, una vez más, ya sabía yo porque era y no le pregunte, pero después de cenar, él me pregunto:
Abuelo sigo como tú sabes, tengo un mes bueno y dos malos y lo peor es que no consigo olvidarla, a veces hablo con ella y parece que sonrío pero en el fondo es peor. La verdad es que no se que hacer, así no es forma de seguir"

- "La verdad Aurelio es que tu nieto siempre ha sido demasiado sentimental y por mucho daño que le hagan no consigue olvidar lo que en el fondo siente".

-"Pues sí, siempre ha sido así".

-"Entonces como ha acabado Miguel en los mares del norte?" - pregunte yo

-" Tras la cena salimos por el puerto y sobre una roca del espigón le señalé unas redes. ¿Ves aquellas redes enmarañadas en la roca? Como crees que llegan allí, ¿crees que la gente se dedica a repartirlas y engancharlas en rocas, arrecifes o fondos?. No, simplemente mientras haces tu jornada tienes la mala fortuna de engancharlas, y no por ello dejas de trabajar, no por ello dejas de venir al caladero. Pero lo que sí tienes que hacer es cortarlas, cortar esas redes es tu única opción de seguir con tu jornada, es tu única opción para seguir con tu vida, te entristece, lo pasas mal viendo el esfuerzo invertido, viendo la red que tejiste con tu tiempo como desaparece en el mar .Pero podrás hacer otra, no olvidarás las que hiciste pero tendrás que hacer nuevas redes y seguir con tu vida en el mar".


Joder !!! Ahora entiendo a Miguel, escuchando a su abuelo, se le abrieron los ojos de la vida y simplemente comenzó a vivir.

Me quede mirando el horizonte mientras el sol comenzaba a calentar, le agradecí a Aurelio el hospedaje y la charla. Me puse el casco subí a mi moto dispuesto a seguir camino, Levante mi mano en señal de despedida, me respondió de la misma forma levantando su mano al tiempo que me dijo, "ya sabes, corta las redes".

Vaya!!! con Aurelio el pescador, el filósofo, el psicólogo, el abuelo de Miguel.



Comentarios

  1. ME HA ENCANTADO EL RELATO, DAVID. Cortar las redes, un gran consejo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias como siempre, si un consejo bueno pero muchas veces no los aplicamos,...Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Ismael y Daniel la visión compartida

Es difícil encontrar a gente que comparta una visión parecida, con la que ser capaz de conectar y seguir un guión mental, difícil de explicar sino se vive. En muchas culturas se encuentran parábolas, historias, relatos, como queramos llamarlo, que visualizan esa visión, ese pensamiento conectado, esa visión vital y necesaria.  Ver como interaccionan dos niñ@s pequeñ@s , suele ser divertido, a veces conmovedor, pero si nos paramos, y le damos mayor profundidad a esa visión, también es vitalmente revelador. Ismael y Daniel se sentaron juntos…., perdón es más exacto decir, fueron sentados juntos en el suelo del aula de una guardería. Era la primera vez que se veían, era la primera vez de cualquier experiencia compartida y ante esa situación, y ante la ausencia de cualquier perjuicio adquirido (benditos 2 años), surgió un vínculo del que no pude, sino contemplar y ahora relatar. Ismael y Daniel cogieron juguetes que tenían a su alrededor, fueron disponiendo un coche, unos soldad...

Anabela o Carlos, tal vez fuera Anais y el cuento de las emociones.

  Foto de  Cleyder Duque  en  Pexels Tengo que confesar que no soy bueno recordando nombres, normalmente intento hacer un gran esfuerzo, por grabar ese nombre de la persona que me presentan o conozco en mi mente, pero como si no fuera con ella, mi mente prefiere centrarse en otras cosas de las personas que pasan por mi vida. Si que recuerdo cada persona que conozco (si exceptuamos su nombre) los nombres son importantes, pero más lo son y más nos diferencian las huellas emocionales que dejamos, esas si son únicas. Pues resulta que para esto mi mente si que quiere guardar que emociones compartí con cada persona, y como dejo una huella en cada parte de lo que soy. Hoy tras unas horas de trabajo, en un “break” de esos que la mente te pide, me descubrí hablando desde mis emociones de adolescente, de como era esa vida para mi. Seguramente Carlos y Anabela no se esperaban una conversación de ese tipo, pero Carlos, despojándose de su rudeza, tomo una postura relajada, se s...

La decisión de Nadine

Entre muchas otras Nadine resaltaba por su fuerza realizadora. Como si fuera un ciclón arrollaba los proyectos, poniendo toda su fuerza creadora, en las relaciones y en su vida ese ciclón también se ponía en marcha. Hace no mucho que conocí a Nadine y como en otras ocasiones, las casualidades y recovecos del destino, consiguen ayudarte a descubrir a personas increíbles. No era por trabajo, (aunque en una pequeña parte si he de reconocerlo), pero cuando Nadine entro en mi círculo de confianza lo hizo de una manera temerosa, abriéndose poco a poco, teníamos conversaciones cortas, concisas con mensajes breves solicitando respuestas, algo que evidentemente no tenía. Poco a poco, pasado un tiempo, Nadine fue abriendo su vida a través de las conversaciones que manteníamos, cada vez era más fácil hablar y llegar a aquellos temas que realmente le preocupaban, peor esos temas a su vez creció en complejidad.  Nadine se daba cuenta que tenía muchas decisiones que tomar, en cad...