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El lobo, el cordero y la indefensión



En este día soleado que nos encontramos, me había propuesto hacer algo de deporte, así que sin pensarlo mucho salí a correr un rato .Cuando ya había finalizado mi recorrido, pare junto a un pequeño muro a estirar y mientras escuchaba música, me di cuenta que en ese momento un colegio abría sus puertas y los padres entraba para recoger a sus hijos.

Como un flujo constante la gente y los coches se sucedían en un bullicio sin aparente orden. Agazapado en una esquina sin llamar la atención se encontraba una grúa municipal, me extraño verla tan separada de todo el bullicio casi escondida, pero al ver lo que ocurrió lo entendí enseguida (como lobos esperando al cordero).

Había visto en otras ocasiones como se colocaban agentes municipales para hacer fluir el tráfico, pero extrañamente solo había uno e ignoraba todo lo que le rodeaba. Un padre llega con el coche, como muchos otros, lo deja parte sobre la acera pero sin molestar ningún paso de gente o tráfico baja corriendo y entra en el colegio. En ese momento como en un documental de acción la grúa casi chirriando ruedas se pone en marcha, me quede atónito porque entro en dirección prohibida para inmediatamente frenar en seco junto al coche.
Salieron de la grúa dos personas que en menos de un minuto habían enganchado el coche y se disponían a retirarlo, “que lo fiche Alonso” pensé yo que manera de trabajar rápido con un coche.

Con la misma velocidad que llegaron salen marcha atrás por la dirección prohibida que entraron y salieron como alma que lleva el diablo , en eso el padre que había entrado salía con su hija , ni 4 minutos tardo, y con estupor contemplo como se llevaban su coche.

Seguí andando hacia casa y en la avenida donde vivo cinco minutos después contemple una hilera de unos 30 coches en doble fila mal aparcados, a 10 metros dos motos de agente municipales junto a un bar y ellos dentro tomando café.

Vamos a ver tengo claro que ese padre no debió aparcar ahí, y que con la ley en la mano esta todo correcto en cuanto el trabajo de los de la grúa excepto en entrar por dirección prohibida.

Pero es indignante que persigan a algunos de esa forma y permitan otras situaciones únicamente porque sea más sencillas, acechando como lobos a los corderos.

Estamos hasta las narices que nos presionen fiscalmente , que nos hagan pagar lo que roban los demás, e ir por la ciudad como corderos esperando que salga un lobo para acabar de sangrarnos no me parece una actitud muy noble por parte de administraciones que no hacen otra cosa que intentar recaudar porque malgastaron antes nuestro dinero.

Si..... hay que sancionar……pero señores, a todos.

No seleccionemos donde beben las ovejas para ir a degüello.     

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