Una niña, un día, encontró en el borde de su ventana un gorrión,
que revoloteaba con nerviosismo. La niña emocionada con la experiencia de ver
al pequeño gorrión, intento acercarse a este, para ganarse su confianza. Al
principio solo estaba a su lado observando como movía sus alas, como la miraba
o como emitía sonidos que le resultaban graciosos.
En unos pocos días la niña dejaba unas semillas y algo de
fruta en el borde de la ventana. El gorrión con pequeños saltitos llegaba a
picotear la fruta y escapaba rápido, como con miedo a ser cogido.
Con el paso de los días el gorrión se encontraba más confiado
y volvía con regularidad, poco a poco se acercaba a la mano niña que le ofrecía
la fruta y las semillas en la palma de su mano.
La niña disfrutaba viendo como el gorrión cada vez demostraba
mas confiado e incluso revoloteaba jugando alrededor de su mano.
Pasaron los días y la niña y el gorrión agrandaban la
confianza.
Un día el gorrión llego a la ventana y la niña no aparecía.
El gorrión permaneció esperando a la niña,
revoloteaba con nerviosismo como
intentando llamar la atención. La ventana continuó cerrada, durante semanas
continuo así.
Un buen día la ventana se abrió, la niña que volvía de viaje,
encontró al gorrión yaciendo en la ventana.
D
La niña soltó una lagrima, pensando en el vinculo que creo con el gorrión y sabiendo que el no cuidar ese vinculo fue lo que termino con él.
D
La niña soltó una lagrima, pensando en el vinculo que creo con el gorrión y sabiendo que el no cuidar ese vinculo fue lo que termino con él.
estar despierto siempre es labor complicada...incluso sin estar dormido...relacionarse...compartir...sentido y sentimiento de lo común...debemos recuperar la humanidad, por propia voluntad...por ofrecer a nuestros pequeños un planeta mejor del que conocemos...por ti, por ellos, por aquel señor que no quiere, por la peluquera del sexto A que ya no puede ni comprar pan, por mi...por favor...(gracias David por tu inspiración)...
ResponderEliminarBonito cuento, David. Lo exporto.
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