Observar las nubes en sus infinitas formas, pasear por la
orilla de la playa en un día gris, escuchar el bramido de las olas mientras
baten contra las rocas, mirar embelesado las llamas de una hoguera de leña.
Imágenes relajantes, sin duda, para la mente, para el
alma tal vez, para pensar?
¿Y ver a la gente pasear?
He descubierto que puede ser igual de relajante a la vez
que estimulante. Imaginar en un instante, en un vistazo, la vida de alguien, a
quien no habías visto antes. Alguien que lleva en este mundo tanto o mas que tu,
que ríe que sufre , que vive al fin y al cabo , y del que nunca conocerás nada
mas que una imagen.
Esas pequeñas cosas hacen grande nuestra existencia y a
la vez nos hacen ver lo limitados que somos o estamos. Todo lo que nuestra mente seria capaz de hacer y lo
lejos que esta de lo que hace nuestra carcasa, eso que llamamos cuerpo.
Igual los monjes del Tibet han descubierto esto y lo
saben aprovechar mejor que nosotros.
De momento, seguiré observando, escuchando sintiéndome
vivo. Es todo pero al tiempo mucho.
===============, amigo David.
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